El Museo Nacional de Antropología, es el primer museo de carácter antropológico que se crea en España. Su fundación se debió a la iniciativa personal del médico segoviano Don Pedro González de Velasco, que invirtió todos sus ahorros en la construcción del edificio. Nació en Valseca de Boones, en 1815. Logra el título de practicante y cinco años después el de cirujano. Bachiller por oposición en la Facultad de Medicina, ganó el titulo de Licenciado y recibió la Cátedra de Operaciones de la Facultad. Pronto la fortuna le sonrió y comenzó a ganar dinero en abundancia que dedicó a coleccionar piezas de antropología, etnografía y antigüedades. Tal llegó a ser su colección, que en 1873 se construyó un edificio ubicado en las proximidades del Observatorio y de la Facultad de Medicina de San Carlos, frente a la recién inaugurada estación del Ferrocarril de Atocha.
El origen del museo deriva de un Gabinete Anatómico creado por el Dr. Velasco y el Dr. José Díaz Benito, con quien también publicó el magnífico “Atlas de partos”. (Existe una biografía del doctor Diaz-Benito escrita por Lola Esteban Lario titulada “Los Baños Árabes”
En su día las colecciones estaban formadas por objetos de los tres "reinos" de la naturaleza –mineral, vegetal y animal-, muestras de antropología física y teratología, antigüedades y objetos etnográficos, por lo que podía considerarse como un "gabinete de curiosidades". A la muerte del doctor, el edificio y su colección fueron cedidos al Estado.
El proyecto original de D. Francisco de Cubas y González-Montes (Madrid, 1826 - 1899), arquitecto y político del siglo XIX, conocido como el Marqués de Cubas, presentaba una fachada con un pórtico de columnas jónicas, que se remataba por un frontón recto. Desde el pórtico se accedía a dos amplias salas iluminadas por una cubierta a cuatro aguas de hierro y cristal. En su obra se manifiestan primero el arte clásico griego en el pórtico de ingreso, con la armonía de sus compactas masas, sólo interrumpidas por el necesario hueco de la puerta, poniendo el sello de gravedad, belleza y majestuoso aspecto que debe anunciar todo templo de la ciencia, y segundo el estilo moderno de las fachadas laterales. Dadas las limitadas dimensiones del terreno y su configuración, ha sacado todo el partido posible, porque todas las distribuciones del museo y sus dependencias han resultado regulares, y sólo dos gabinetes no tienen forma rectangular.
El marqués se formó en la Escuela de Arquitectura de Madrid y completó sus estudios en Italia y Grecia. A su regreso a España en 1858 obtuvo la primera medalla de la Exposición Nacional de ese año. Miembro de la Academia de San Fernando desde 1870, alcalde de Madrid en 1892, diputado en 1893, y senador por Ávila entre 1896 y 1898, se distinguió por el uso del ladrillo y por sus obras de estilo neogótico. Entre sus obras destacan el colegio de los jesuitas de Chamartín, el Castillo de Butrón en Gatica (Vizcaya), la Universidad de Deusto en Bilbao, el Museo Nacional de Antropología y su obra más recordada, la Catedral de la Almudena de Madrid, comenzada en 1883 y donde descansan sus restos junto a los de su esposa Matilde de Erice y Urquijo. El museo se inauguró en 1875 con la presencia del rey Alfonso XII.
Dice la leyenda que la única hija del doctor Velasco, a la edad de 15 años enfermó de unas fiebres tifoideas (existía un certificado médico expedido por don Mariano Benavente, padre del conocido dramaturgo), muriendo al poco. Dado su prestigio obtiene un permiso para embalsamar a su hija y retener el cadáver en su domicilio. A las pocas semanas del fallecimiento, comienza a correrse por Madrid la noticia que el Dr. Velasco y su ayudante sientan a su mesa el cadáver, que le han vestido de novia y que le cambian de ropa varias veces. Algunos afirman que el Dr. Velasco saca a pasear a su hija en el coche de caballos y que la sienta enfrente de él, al lado de la ventanilla.
En 1.890 el Museo de Ciencias Naturales toma la decisión de utilizar el antiguo museo del Dr. Velasco como una ampliación del suyo, y en 1.895 traslada allí su secciones de Antropología, Etnología y Prehistoria.
Madrid hacia arriba© 2010 | Manuel Romo