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24 de noviembre de 2014

Biblioteca Municipal Mario Vargas Llosa

 

Uno de los genios de la literatura, Mario Vargas Llosa, ya tiene una biblioteca con su nombre también en Madrid y está situada en la plaza de Barceló, distrito Centro, en el barrio de Universidad. 
El premio Nobel de Literatura, premio Cervantes y académico de la Lengua, afincado en Madrid, donde empezó a escribir su primera novela, la inauguró el pasado lunes. 

©M@driz hacia arriba 

Tras el derribo en 2010 del antiguo mercado municipal de abastos que databa de 1937, se decide edificar el nuevo "Centro Polivalente Barceló", proyecto de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, ganadores del concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Madrid. 
La luminosa biblioteca, que comparte diseño con el complejo del nuevo Mercado de Barceló y un polideportivo, consta de más de 24.000 ejemplares. 



Está distribuida en tres plantas que albergan la zona infantil, bebeteca, más de 140 puestos de lectura y 40 con conexión a Internet, además de videoteca y revistas. Todo el espacio está bien iluminado por luz natural gracias a sus muros de cristal traslúcido en los que se han insertado frases del escritor peruano. El propio Vargas Llosa ha denominado a Madrid como su casa, una ciudad a la que llegó en mil novecientos cincuenta y ocho y que según sus palabras, “ha visto transformarse en una metrópoli que ignora la xenofobia, el chauvinismo y que no es de nadie porque es de todos”. Con esta son ya treinta y una las bibliotecas municipales que tiene la capital. 

M@driz hacia arriba©2006-2014 | Manuel Romo

14 de febrero de 2012

Museo de Historia de Madrid


El Museo de Historia de Madrid, situado en la calle de Fuencarral número 76, ocupa parte del edificio que en el siglo XVIII se destinaba a Real Hospicio del Ave María y Santo Rey Don Fernando. Este último parece tener sus orígenes en la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María creada allá por 1612, cuando el sacerdote Simón de Rojas comenzó a acoger “pobres de oficio, vagos de profesión y desamparados verdaderos” en una casa prestada a la que llamó Hospicio general de pobres del Ave María.

El religioso muere en 1624 y en 1668 la misma congregación funda otro hospicio en unos locales de la calle de Santa Isabel. Se trasladan hacia 1673 a unas casas de la calle Alta de Fuencarral, edificadas sobre los solares de los Pozos de la Nieve, bajo el patrocinio de la entonces reina gobernadora Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV.
Ya en el siglo siguiente, durante el reinado de Felipe V, se ordena levantar un nuevo edificio diseñado por el arquitecto madrileño Pedro de Ribera (1681-1742) y construido entre los años de 1720 y 1726. Abarcaba una superficie mucho mayor que la actual y el proyecto fue impulsado por el corregidor de Madrid, el soriano Marqués de Vadillo (1646-1729).

La importancia de la institución del Hospicio del Ave María quedó reflejada en el magnífico complejo organizado por Pedro de Ribera, en el que nuevamente conjugaba la sencillez de las líneas generales con la profusión ornamental de una portada retablo.
La decoración escultórica de la portada, esculpida por el asturiano Juan Alonso Villabrille y Ron (1663-1732), es el mejor prototipo del característico barroco madrileño del primer cuarto del siglo XVIII y resume en ella la simbología del edificio, coronándola con una imagen del santo titular, San Fernando. 

La presencia de óculos, florones, estípites, guirnaldas y cortinajes se articulan con un dinamismo y profusión que perturban un poco el espacio, pero no dejan de hacerlo con una gran armonía. Otra de las partes, afortunadamente, salvadas de la piqueta fue la capilla, que se cree que fue trazada por José de Arroyo antes de 1695 y para la que expresamente se encargó a Luca Giordano el lienzo, San Fernando ante la Virgen.
A principios del siglo XX, el edificio se encontraba en una situación tan ruinosa que se optó por su demolición, pero la Sociedad Central de Arquitectos junto con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y apoyados por la opinión pública, consiguieron paralizar el proceso de derribo.

En 1919 los maltrechos restos fueron declarados Bien de Interés Cultural y adquiridos por el Ayuntamiento de Madrid y, habiendo cesado su función de Hospicio en 1922, se ordenó su demolición en 1923, eso sí, conservando de la fábrica original la fachada principal, la primera crujía y la capilla. En 1924 se encargó al arquitecto logroñés Luis Bellido (1869-1955) la restauración y rehabilitación del nuevo edificio para albergar el Museo y Bibliotecas Municipales. Bellido afrontó este trabajo respetando lo conservado y adaptando el resto a las nuevas actividades.

Ha sido posteriormente rehabilitado en varias ocasiones, especialmente después del traslado de la Biblioteca Municipal al Centro Cultural del Cuartel del Conde Duque, momento en que el arquitecto Joaquín Roldán recuperó el espacio destinado a capilla para sala de arte y de conferencias, pasándose a llamar entonces Museo Municipal. En 1995 fue restaurada la portada, bajo la dirección de los profesores de petrología José María García de Miguel y Lázaro Sánchez Castillo.
En 2002 se vuelve a rehabilitar la fachada en todo su perímetro y se acondiciona la accesibilidad, finalizando las obras en 2006. Al poco tiempo de su reapertura se vuelven a acometer obras para la adecuación a los modernos criterios museográficos, concluyéndose éstas, por fin, a finales del pasado año 2011. 


Fuentes: "Archivo Histórico Regional", "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "Ayuntamiento de Madrid", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería", "Museo de Historia de Madrid".
M@driz hacia arriba©2012 | Manuel Romo

17 de octubre de 2008

El Águila


Biblioteca Regional Joaquín Leguina
(C/. Ramírez de Prado, 3)

El empresario valenciano Augusto Comas Blanco (1862-1953), pintor, crítico de arte y representante en Cortes por el partido Liberal, estudió Bellas Artes y Derecho, pero profesaba una gran afición por la Arquitectura, que no llegó a estudiar, pero que le llevó a proyectar casas y edificios, con un capital social de 2.000.000 de pesetas adquirió un solar situado en el distrito de Arganzuela entre las estaciones ferroviarias de Delicias y Atocha, para la construcción de la fábrica de cervezas y de hielo, S. A. “El Águila”. El emplazamiento, de más de 95.000 pies cuadrados, cumplía con una importante necesidad estratégica de la época: su conexión directa, mediante vías propias, con la red de transporte ferroviario.
La fábrica, fue construida entre los años 1912 y 1914, según planos del ingeniero alemán Langeloth y bajo la dirección técnica del arquitecto Eugenio Jiménez Corera y ampliado más tarde por el también arquitecto Luis Sainz de los Terreros. Tenía una superficie total de 11.000 metros cuadrados y se levantó sobre el primer edificio de la maltería, fundada en 1900.



En 1936, al estallar la Guerra Civil Española, la fábrica fue incautada por el ejército republicano durante más de 32 meses. En 1939, tras la toma de Madrid, volvió a manos de sus dueños quienes, tras la reparación de diversos daños en los silos y en las naves de fermentación, la pusieron nuevamente en funcionamiento. El edificio original creció con distintas naves en 1970, hasta que finalmente en 1985 cerró sus puertas como fábrica de cervezas.
En 1994 la Comunidad de Madrid inició las actuaciones para recuperar el complejo, convocándose un concurso de proyectos que, entre 185 que se presentaron al concurso, ganaron los arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla, con la única condición de conservar el edificio original.


Actualmente alberga la Biblioteca y el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, más popularmente conocido como el Leguidú. Los depósitos más valiosos que conserva este monumento histórico, son algunos documentos del siglo XVII y mapas antiguos.



24 de febrero de 2008

Cuartel del Conde Duque


Cuartel del Conde Duque

Mandado construir por Felipe V en 1717 para albergar a los Reales Guardias de Corps, cuerpo militar de élite creado en 1704 para escolta de los reyes.
El corregidor de Madrid, don Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, marqués de Vadillo (1646-1729), contribuyó con 2.000 escudos de vellón y encomendó su construcción al arquitecto
Pedro de Ribera, quien lo concibió como un cuartel de estilo barroco (churrigueresco). Se edificó tomando terrenos de cuatro manzanas pertenecientes a don Juan de Cháves, en una de las cuales construyó su quinta don Gaspar de Guzmán.
El edificio resultante fue un caserón de 22.702 metros cuadrados. Su planta es un paralelogramo rectángulo, y consta de tres patios rectangulares. Destaca la portada principal, de estilo churrigueresco, en donde se puede leer la inscripción: “Reinando Felipe V. Año de 1720”. Corona la portada el escudo Real. Para procurar perspectiva a la portada, Ribera trazó una pequeña plaza frente a ella.


Se le llamó del Conde Duque por estar asentado sobre el solar que ocupó el palacio del Conde de Aranda y Duque de Peñaranda.
En 1854 fue destinado a cuartel de Caballería y se abandonó el edificio al producirse un incendio en 1869.
En 1969 lo adquirió el Ayuntamiento de Madrid y encargó su rehabilitación a Julio Cano Lasso, con el propósito de devolver al edificio sus trazas originales y de contar con un edificio adecuado para albergar un centro cultural.