17 de julio de 2017

Cementerio Británico



Después de casi 200 años de negociaciones, desde la muerte del secretario del embajador británico en Madrid, Mr. Hole, en 1662 y ante la negativa de dar sepultura litúrgica en un cementerio católico al cuerpo de una persona no católica, el Ayuntamiento de Madrid concedió en 1850, un terreno de menos de una hectárea en el barrio de Carabanchel para enterramientos de este tipo de personas.
En 1853 se firman las escrituras y en 1854 por fin se funda el “British Cemetery”, entre las calles de Inglaterra, Irlanda y Comandante Fontanes. El primer enterramiento se realizó el 10 de febrero de ese mismo año inhumando el cuerpo de un joven de 19 años llamado Arthur Thorold.


Un verdadero caballero británico, David J. Buttler, historiador y guía actual del cementerio, nos desgrana con auténtica maestría los secretos, anécdotas y curiosidades del Camposanto. En el recorrido nos muestra la pirámide, obra del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, para la familia austrohúngara de los Bauer, la imponente lápida que acoge los cuerpos de tres miembros de la familia Loewe, o la tumba de familia Lardy, fundadores del salón del mismo nombre y referente del Madrid del siglo XIX. Siguiendo el recorrido nos muestra la tumba de un embajador ruso, otra de un combatiente de las Guerras Carlistas, la del domador William y su mujer Matilde Parish, hija del fundador del circo Price.



También se encuentran enterrados en este recoleto recinto el cuerpo de Margarita Kearney fundadora del salón de té Embassy, la aristocrática baronesa Tatiana de Korf, la historiadora norteamericana Alice Bache Gould y Quincy, descendiente directa del presidente de EE.UU John Quincy Adams, el pintor californiano Albert Sheldon, el fundador del Instituto británico de Madrid, Walter Starky, el panteón de la familia Tersch y la lápida del fotógrafo Charles Clifford, que junto a Jean Laurent nos dejó constancia gráfica de cómo era el Madrid del siglo XIX.


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