La Puerta de Alcalá, la más tradicional y famosa de todas las existentes en la capital, tiene un carácter monumental incuestionable. Está situada en la Plaza de la Independencia, sobre una antigua cañada real. Llamada de Alcalá en referencia a la dirección hacia la localidad de Alcalá de Henares y del real camino de Aragón, Cataluña y Francia.
La actual puerta es la tercera que se construyó en la calle de Alcalá, después de que, en tiempos de Felipe II, se levantara, hacia la esquina con la calle Cedaceros, la llamada Nueva del Sol, que fue sustituida, bajo el reinado de Felipe III, por otra colocada hacia donde hoy comienza la calle Alfonso XI. Si de la primera puerta hay poca información debido a su corta existencia, de la segunda se sabe que era de estilo barroco y su material, el ladrillo.
Esta última, la segunda, estaba formada por tres arcos, dos pequeños y uno grande. Sobre los pequeños se colocaron las imágenes de San Pedro Nolasco y de la beata María Ana de Jesús, mientras que sobre el arco grande del centro se puso un escudo real y sobre el que se abría otro arco pequeño con una imagen de Nuestra Señora de las Mercedes.
Parece ser que la segunda puerta fue construida hacia finales del XVI para conmemorar la entrada en Madrid de la esposa de Felipe III, Margarita de Austria, y que más tarde Felipe IV no consideró necesario trasladarla cuando construyó la cerca. Otros autores afirman que se construyó en torno a 1639. Lo cierto es que esta segunda puerta existió hasta 1764, año en que fue derribada para ensanchar la calle.
Ya en el reinado de Carlos III, se iniciaron las obras del Gabinete y Museo de Historia Natural, proyecto donde Villanueva mezcló solidez y academicismo artístico, y junto al Gabinete, mandó trasladar en 1774 el Jardín Botánico, hasta entonces en el terreno de Migas Calientes (La Florida). Parece ser que no gustó a Carlos III la anterior puerta cuando en 1759 hizo su entrada en la ciudad, y en 1764 decide derribarla y manda levantar una nueva puerta en estilo neoclásico, la actual Puerta de Alcalá, como entrada a todo este complejo de el Prado.
Esta tercera puerta que daba acceso a la ciudad, superó con creces a las que hasta entonces habían existido. Ventura Rodríguez llegó a diseñar hasta cinco proyectos y José Hermosilla uno, pero el elegido por Carlos III fue el presentado por Francisco Sabatini.
(continuará)
Fuentes: "Madrid Villa y Corte" de Pedro Montoliú Camps, "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "La Ilustración Española y Americana", "Ayuntamiento de Madrid", "Archivo Histórico Regional", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería", "Museo Municipal de Madrid".
Hola Manuel:
ResponderEliminar¡Qué habilidad tienes para descubrirnos estampas y grabados históricos prácticamente desconocidos, al menos por mi parte! La verdad es que las ilustraciones que acompañas son preciosas. Me llama mucho la atención la primera imagen de la actual Puerta de Alcalá que incluyes en el post... ¿está muy adornada en su parte central, no...?
Un abrazo, Jesús
Hola Jesús,
ResponderEliminarLa verdad es que he hecho una recopilación de dibujos y grabados bastante curiosa. Necesitaría otros dos o tres post, al menos, para publicarlos al completo.
Respecto al dibujo que te refieres, creo que el autor quiso, en su perspectiva, resaltar los trofeos militares de la parte de atrás y exageró "pelín" sus dimensiones, ya sabes, licencia de los artistas.
Salud, amigo Jesús.
Estupendo trabajo, Manuel!!
ResponderEliminarCuenta César González-Ruano en su artículo "Con el caballero Casanova en la noche de España", de 1932, que para el veneciano Casanova uno de los males de la Santa Inquisición se encontraba en plena Puerta de Alcalá y eran los aduaneros.
Casanova entró en Madrid el día 16 o 17 de diciembre de 1767 por el camino de Pamplona y los aduaneros le requisaron su rapé y una edición en griego de la Ilíada.
El mayor putero de la historia se instaló en una fonda y botillería de la calle de la Cruz, pero como era previsible en él, también conoció las celdas de la carcel del Buen Retiro.
Cuántas historias tiene Madrid!!
Un abrazo!
Querido Manuel, opino como Jesús, adornando tu historia nos ofreces unas imágenes preciosas. A mí me llama mucho la atención la segunda... ¿es una pintura?.
ResponderEliminarRespecto a la Puerta de Alcalá actual me parece maravillosa, todas las mañanas me bajo del bus junto a ella, y casi siempre pienso ¡qué bonita es, qué suerte tengo! :-)
¡Esperamos la continuación!
un beso
Curiosa anécdota de Casanova en Madrid, no la conocía, aunque semejante personaje, fuera donde fuere, era normal que acabara de aquella manera.
ResponderEliminarImagínate la cantidad de historias que encerrará Madrid y que se habrán perdido al no correr de boca en boca.
Me gustan estos cotilleos de la Villa y Corte...
¡Salud!
Hola Mercedes,
Tu vena de investigadora me ha "pillao". Es la única representación que he encontrado de la segunda puerta y sólo sé que se encuentra en el museo de Montebello di Bertona, cerca de Pescara, Italia. No he podido conseguir ningún dato más de la obra. También me inclino por un lienzo, por el entramado que se aprecia.
Si tú encontraras algo, ¡oh sapientísima Mercedes! te lo agradecería el que suscribe y creo que la concurrencia, pues hay poquísimos datos sobre ella.
Un beso.
Hola Manuel, más que otra cosa es que soy muy cotilla :-) Si me entero de algo claro que os lo cuento, pero de esto no tengo ni idea. A ver si vamos a tener que ir a ver ese museo de Montebello... qué bonito nombre, por cierto.
ResponderEliminarPues el sábado estaré paseando por ella!!
ResponderEliminarMercedes, pues bendita cotillería la tuya, sin ella no nos habrías descubierto detalles "algo" escondidos de la rica historia de la capital.
ResponderEliminarSigue siendo curiosa, porfa.
Besos.
Natalia, disfruta de los madriles a tope y sobre todo de "Los miserables"...en el buen sentido.
Un beso.
Uno de los monumentos más bellos que tenemos en Madrid. Que bonita es nuestra Puerta. Preciosos los grabados y las fotos Manuel.
ResponderEliminarHola Bélok, realmente es uno de los monumentos más bonitos de Madrid. Sería difícil hacer un ranking de nuestro patrimonio.
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