Calle de Fernando VI, 6.
“El Dr. Decref ha puesto a disposición del público el magnífico Instituto de Hidroterapia y Mecanoterapia, que posee en esta corte, y en el que prestará sus auxilios benéficos á cuantos enfermos lo necesiten. Cuenta además éste con el personal necesario de camilleros y enfermeros, y está á cargo de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
El maznado, amasamiento ó massage, esto último en francés, lo segundo traducido, y lo primero en castellano, tiene ya en Madrid la sanción del público doliente. Cuando el Dr. Decref inauguró en la calle Mayor su establecimiento de mecanoterapia é hidroterapia le profetizamos un buen éxito, y éste es ya tan positivo, que ha podido construir de nueva planta D. Joaquín Decref y Ruiz un edificio en la calle del Barquillo, 47, esquina á la de Pelayo, con todos los aparatos necesarios para el amasamiento, gimnasia médica para toda clase de enfermedades susceptibles de corregirse mecánicamente: duchas, baños-estufas de todas clases, y baños rusos y turco-romanos.
La parte estética del establecimiento, que le quita toda apariencia de casa de curación, convirtiéndole en lugar de agradable esparcimiento; los lujosos y cómodos tocadores y gabinetes; las estufas de desinfección, y la riqueza de los aparatos de gimnasia mecánica, donde se alivian ó curan, cuando pueden serlo, las parálisis ó desviaciones de algunos órganos; la balanza para apreciar por gramos el peso de los enfermos, y la talla del cuerpo ó del miembro que se trata de normalizar; los aparatos más modernos para poner en ejercicio los órganos que se someten al tratamiento mecánico, algunos de los cuales son ingeniosas invenciones del doctor Decref.
Todo constituye un establecimiento sin precedentes en esta corte, que merece ser visitado por los médicos y utilizado por los dolientes, y un elemento de terapéutica racional, único acaso para ciertas afecciones, defectos de conformación, lesiones, ó reliquias de algunas enfermedades. A la inauguración del establecimiento concurrieren autoridades médicas, que no sólo aprobaron, sino admiraron aquella útil y elegante instalación; periodistas y hombres sanos, que certificaban con su salud, recobrada en aquellos aparatos, las bondades de la gimnasia, del amasamiento y de la hidroterapia.”
Fuente: “La Ilustración Española y Americana, junio 1893”.