13 de junio de 2012

La forja en la arquitectura medieval


Forja de fuelle

El trabajo del hierro en su vertiente ciudadana pasó durante el Medioevo por dos grandes etapas: el periodo de la Alta Edad Media, con el románico, y el periodo de la Baja Edad Media, con el gótico. Partiendo de las conquistas férricas logradas en Grecia y en Roma y los perfeccionamientos conseguidos por los visigodos, en España se produjeron grandes avances técnicos en el trabajo del hierro durante los siglos XI y XII. Desde el punto de vista técnico hay que destacar la creación de las forjas de fuelle, en las que se lograba un mayor ablandamiento del metal y diversos grados de blandura. 

Encaje férrico

Con tal avance técnico de la forja, la modalidad de rejería arquitectónica, se aplicó con profusión en las ciudades. Esta rejería románica se centró fundamentalmente en las iglesias. En los templos se condensa la obra férrica del románico, sobre todo, en sus puertas de acceso y en sus ventanas. Las puertas de estos lugares se enriquecían con grandes herrajes sobre la madera, realizados con barras y cintas de hierro, aplicados con largos clavos, formando numerosas volutas ascendentes y descendentes en forma de abanico. 

Voluta románica

En lo que respecta a sus ventanas, no eran ni muy amplias, ni muy numerosas, tan solo tenían la finalidad de proporcionar algo de aireación y de luz, pues el estilo arquitectónico de esta época buscaba interiores en penumbra, así que los vanos eran escasos y pequeños y la rejería tendría el doble objetivo de cerrar bien el vano y, de paso, adornar los exteriores del templo. Estas rejas se organizaban por barrotes verticales cuadrillados, paralelos y rellenando los espacios conformados por las barras con volutas sujetas por abrazaderas, obteniendo un efecto de “encaje férrico”. 

Voluta trébol Volutas puerta

Se tiende a pensar que la forma avolutada fue el símbolo del agua en el mundo grecorromano y, al cristianizarse, se supone que aludían a las aguas del bautismo. Los principales centros de producción rejera medieval fueron León, Salamanca, Palencia, Ávila y Segovia que, partir del siglo XIII, comienzan a forjar rejas arquitectónicas concebidas para la utilización ciudadana, denominándolas “reja-muro”, cuya misión era la de acotar espacios exteriores, cerrando atrios y huecos. La reja-muro se estructura con barras cilíndricas o cuadradas componiendo un lienzo alto, fuerte y aéreo, enriquecida con motivos florales y heráldicos, cuidando permitir la máxima visión. 

Grapa

La reja-muro gótica también se empleará para cerramiento de jardines y delimitación de zonas. Con el paso del tiempo casi la totalidad de estas rejas-muros fueron desmontadas, unas siendo fundidas para aprovechar su material férrico y otras fueron acopladas en los interiores. Por otra parte, desde mediados del siglo XV, aparece otro tipo de trabajo de forja que suele pasar desapercibido, comienza a hacer acto de presencia la iluminación nocturna, primer antecedente del alumbrado público, consistente en objetos portadores de luces en las fachadas. 

Antorchero cuadrangular Antorchero redondo

Los más frecuentes fueron los denominados ”antorcheros”, recipientes cuadrangulares o redondos que colgaban de palomillas, asegurados al muro con barras de refuerzo, pues su peso debía ser considerable. Tales “antorcheros” se elaboraban en hierro, se forjaban en las fraguas de fuelle y constituían junto a las rejas-muros los principales trabajos férricos del gótico. 

Fuentes: "Amigos del románico", "Círculo románico", "El pasiego".
M@driz hacia arriba©2006 | Manuel Romo

12 comentarios:

  1. Hola Manuel:
    Ya sabes que me encanta la época medieval, pero del tema de las forjas, nada de nada. Así que muchas gracias por abrirme los ojos.

    Estupendo post. Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  2. Hola Jesús,
    Me alegra poderte descubrir cosillas de una época que sé que dominas. Esto es un intercambio cultural sin mover las posaderas...que no tienen nada que ver con las propietarias de posadas.
    Gracias y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Manuel,
    digo lo mismo que Jesús, estupendo y aleccionador post, a mi me gusta mucho el arte del hierro, así que ¡muchas gracias!
    y un beso

    ResponderEliminar
  4. Me encanta el nuevo diseño, Romo!
    Un beso,

    ResponderEliminar
  5. Hola Manuel,
    Qué buen artículo. Esto se pone muy interesante y los ejemplos avolutados son de gran belleza. Encontré hace tiempo una reja similar a la de la tercera foto en un contenedor y la reciclé poniendo un vidrio en una mesita muy chula.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Gracias Mercedes, lo que dudo es poder aleccionarte en algo...como no sea en motores, supongo. Me sentiría orgulloso de descubrirte algún dato sobre esa preciosa forja que aún nos queda en el foro.
    Un beso.

    Mcarmen, dichosos los ojos que te leen. Pensaba que ya no me "ajuntabas".
    Gracias por seguir ahí.
    Un beso.

    Gracias Antonio,
    Lamentablemente no tenemos ninguna de esas joyitas románicas por Madrid. Habrá que esperar unas centurias para encontrar rejería renacentista original en la villa y corte.
    Y cuidadín con esa reja desechada, puede tener ochocientos años. ¡Qué lujo!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. He de reconocer que las rejas me pasan casi siempre inadvertidas, hay que ver que fallo que no logro superar. Mira que cuando entro en una catedral, iglesia o palacio, me fijo en todo y todo lo fotografío, pues las rejas... nada de nada. Menos mal que después de leer tu post me fijaré más y pensaré, Las rejas Bélok, las rejas, que Don Manuel te pondrá a caldo con razón.

    ResponderEliminar
  8. interesante tema el de la forja! No había reparado en él.
    Soy seguidora tuya, aunque no suelo comentar me gusta tu blog y te he dejado una sorpresa en el mío, cuando quieras entra a verla.

    Bs

    ResponderEliminar
  9. Bélok, nos solemos fijar en el conjunto, pero a veces esos detallitos...Hay tanto en qué fijarse que algo siempre se nos cuela. Seré más benévolo a la hora de "ponerte a caldo".

    ResponderEliminar
  10. Gracias Marta,
    Me pasaré por tu blog, porque a nadie le amarga una sorpresa, siempre que sea buena, claro.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  11. Hola Manuel,
    Muy buen artículo, y mejores fotos. El conjunto, estupendo, como siempre.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  12. Gracias gateros,

    Todo un honor, viniendo de unos "villanos" de tan buen hacer, como vosotros.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar