El Parque del Retiro fue una iniciativa del conde duque de Olivares que para llevarla a cabo, hizo que el Ayuntamiento costeara un lujoso complejo ajardinado como parque palaciego, donde el rey Felipe IV se pudiera divertir.
El complejo se levantaría sobre una extensión de 145 hectáreas, terrenos cedidos a Gaspar de Guzmán y Pimentel por el duque de Fernán Núñez, junto al monasterio de los Jerónimos y relativamente cercanos al Real Alcázar.
Dicen que fue llevado a cabo por más de mil trabajadores, bajo la supervisión de los arquitectos Giovanni Battista Crescenzi (1577-1635) y el albaceteño Alonso Carbonell (1583-1660).
En dichos terrenos se levantó un palacio para el rey, que lo habitó desde 1632, un teatro, la Leonera, el Salón de Reinos, la Pajarera de aves exóticas, la Plaza grande (1635), el Casón o Salón de Baile (1637), el Coliseo (1639), el Estanque de las campanillas, etc.
En 1643 todo el conjunto quedó terminado. Pero durante los sucesivos reinados fue engrandecido con el Parterre, la Real Fábrica de Porcelana, el Observatorio Astronómico, la Casita del Pescador, la del Contrabandista, la Montaña Artificial, el Palacio de Cristal y el de Velázquez.
Lo completaron con avenidas y paseos como el de las Estatuas, con fuentes como la de los Galápagos, la de la Alcachofa y la de El Ángel Caído, con jardines y rosaledas como la de Cecilio Rodríguez.
Con un Quiosco para representaciones musicales, riachuelos artificiales y varias ermitas comunicadas, a través de la Ría chica y la Ría grande, con el Estanque Grande (1633), donde los nobles contemplaban naumaquias o batallas navales y donde podían pasear en una de las doce góndolas adornadas de oro y plata, enviadas desde Nápoles por el duque de Medina de las Torres o en la embarcación que, dicen, decoró Zurbarán.
A pesar del delirio de fastuosidad, por su mala construcción, fue considerada en la época una obra “deslabazada y cuartelera”. Su construcción obligó a subir desmesuradamente los impuestos a los madrileños y tan escandalosa fue la subida de tributos, que la población decreció tanto, que tuvieron que bajar los presupuestos para la explotación de las riquezas de América y los dedicados al ejército.
Fuente: "Madrid Villa y Corte" de Pedro Montoliú Camps.
Hola Manuel,
ResponderEliminarSe comprueba que la subida de impuestos como primera medida para solucionar los excesos causados por los delirios del poder ya viene de antaño. Sólo después de ordeñar bien a la vaca vendrán otros recortes, como toca hogaño.
Pero bueno, precioso recorrido lleno de datos por la historia de este barroco y delicioso Retiro.
Un abrazo.
Hola Manuel. Fantastico recorrido (texto e imagenes), por el Gran Parque de Madrid.
ResponderEliminarMe has hecho acordarme del trabajo que hice sobre sus puertas, y que por motivo del "peso", no de las puertas, sino del trabajo , je, je, ahora no puedo recuperar de Word. Tendre que repetirlo, y fraccionarlo.
Lo cierto es que El Retiro, da para infinitos trabajos, dada la historia y rincones que guarda.
Un abrazo
Hola Antonio,
ResponderEliminarDesgraciadamente así es, la rueda sigue girando, el ciclo se repite y aunque hoy no haya Retiro que construir, por h o por b, siempre nos tocará abonar la megalomanía de los de arriba. En fin, disfrutaremos de ese Retiro con el que sangraron a nuestros predecesores...y que se está poniendo en estas fechas precioso.
Gracias y un abrazo.
Hola José,
Vaya faenita lo de ese trabajo del Retiro, a juzgar por el peso, ¿preparabas una enciclopedia? Aunque la verdad, como bien dices, su historia y rincones darían para varios tomos, ya lo creo. A ver si algún día van apareciendo esos trabajos fraccionados.
Gracias, un abrazo.
¡Ay el Retiro, cuánto me gusta! es una maravilla que ahora podemos disfrutar todos.
ResponderEliminarAunque parezca mentira, hay personas (que viven en Madrid) que no lo conocen, a ver si viendo tus fotos tan bonitas y leyendo tu historia, se animan.
Un beso.
Hola Manuel:
ResponderEliminarDicen que Felipe IV le encargó a Texeira hacer un plano de Madrid para que quedara constancia de que las posesiones reales, tanto al oeste (Casa de Campo, Alcázar) como al este (Buen Retiro), tenían mucha más superficie que la propia capital. Y es que estos reyes nuestros necesitaban mucho descanso...
Un abrazo, Jesús
Hola Mercedes,
ResponderEliminar¡No me lo puedo creer! Dame nombre y dirección de esas personas para darles una paliza. En dos palabras, ¡im-perdonable!
Me dan ganas de escribir otro articulillo más sobre el Retiro para ver si les pica la curiosidad.
Gracias, aunque me has dado un disgusto...
Un beso.
Salud, D. Jesús,
No me extrañaría nada que la fantástica planimetría de Texeira hubiera tenido su origen en una fanfarronada, aunque, ironías del destino, hay que reconocer que estos caprichitos reales, a veces, nos han dejado obras como el propio Retiro.
Megalómano rey que no cejó hasta haber llevado a la ruina a España. Se mereció un descanso...pero eterno.
Un abrazo.
El Parque del Retiro es uno de esos jardines que muchas ciudades invidiarían. Que maravilla pasear entre sus árboles, por sus lagos y entre sus flores. Bendito sean todos los que ayudaron a que existieran. Ahora nos toca a nosotros conservarlo. Un magnífico trabajo Manuel.
ResponderEliminarYa lo creo, Bélok, seguro que más de una ciudad de alto copete envidia nuestro magnífico y recoleto Retiro. No es ni Versalles, ni el Grosen Tiergarten, pero nosotros no somos tan ostentosos. Y ahora , lo que tu dices, a "conservallo y disfrutallo".
ResponderEliminarGracias y salud.