En el número 14 de la calle Larra se levanta un edificio modernista que fue proyectado en 1906 y ejecutado durante los años de 1907 y 1908, por el arquitecto madrileño Jesús Carrasco-Muñoz y Encina (1869-1957), arquitecto formado en las tendencias arquitectónicas neoclásicas e influenciado por las corrientes eclécticas francesas impulsadas por la filosofía de Victor Cousin.
A comienzos del siglo XX, los trabajos de Carrasco conectaban más con la filosofía del movimiento Beaux-Arts, caracterizado por construcciones monumentales ornamentadas con elementos clásicos, pero poco tiempo después, su eclecticismo evolucionaría hacia ideas más estructuralistas y el empleo de elementos rectilíneos, con el fin de crear composiciones más depuradas. De esta época datan sus proyectos para el edificio del Casino de Madrid (1903), del que quedó finalista; para el Palacio de Comunicaciones (1904), que finalmente realizaron Palacios, Otamendi y Chueca Sainz y el proyecto y construcción del Gran Hotel Reina Victoria (1919-1923), concebido como edificio comercial para los Almacenes Simeón, en la plaza de Santa Ana.
En el caso que nos ocupa, Carrasco ordenó un solar de planta trapezoidal mediante un sótano para máquinas y talleres, un patio inglés en la fachada principal, dos plantas con retranqueo sobre la alineación de la calle y un segundo patio interior cubierto. La fachada principal presenta características del modernismo catalán, rematada con un torreón lateral, un cuerpo central con un gran arco acristalado entre grandes pilastras que conforma la parte baja del edificio y la parte superior del edificio corrida por una balconada.
En el frontis del patio inglés hay que destacar la decoración con cerámicas de Daniel de Zuloaga. El edificio sufre una ampliación de los talleres en 1926, y una segunda ampliación que afecta al resto de servicios en 1932. En la década de los noventa el edificio fue restaurado y rehabilitado en profundidad.
En un principio se editó en sus talleres el semanario ilustrado Nuevo Mundo, seguido en 1908 del diario La Voz y ya en 1917 se comienza a editar El Sol, bajo la dirección de Nicolás María de Urgoiti, gran impulsor de las iniciativas periodísticas y editoriales. Desde el diario El Sol, José Ortega y Gasset, Asín Palacios, Unamuno, Valle Inclán, Menéndez Pidal, Corpus Barga y Gregorio Marañón, entre otros, dejaron en sus páginas el sentir del pensamiento español de la época. Terminada la guerra civil, aquí se instalaron el diario Arriba y el diario deportivo Marca, hasta bien entrados los años sesenta.
Actualmente es la sede de la Fundación Diario Madrid, polémico diario de la etapa franquista, en la que se continúan desarrollando actividades periodísticas. También imparte sus cursos docentes en este edificio la escuela de diseño, Istituto Europeo di Design, con la que colabora la Fundación.
Fuente: http://diariomadrid.net/
Hola Manuel:
ResponderEliminar¡Qué preciosidad de edificio! Me encanta ese sol grabado en un techo, con su réplica en una vidriera. Desde luego no se te ha escapado ningún detalle con las fotos... Son buenísimas.
Es verdad que no tenemos mucho modernismo en Madrid, pero lo que hay es bastante interesante.
Felicidades por el post!! Un abrazo, Jesús
Hola Manuel. Cielos! Estoy preparando un trabajo sobre Daniel Zuloaga, y esa ornamentación no estaba entre mis datos, si hasta he estado en Su casa-museo en Segovia! me faltan cosas entonces.
ResponderEliminarMe encanta el edificio, pero no pensaba que se pudiese visitar y menos fotografiar el interior.
Enhorabuena por el post.
Un abrazo.
José Casado
Es un edificio magnífico, Manuel, y tus fotos tan bonitas le hacen justicia.
ResponderEliminarSolo he entrado allí un par de veces a ver una exposición de fotos que hubo hace un tiempo, no dejaban hacer idem, y no recordaba esa vidriera tan espectacular...
felicidades, te ha quedado un post como el edificio.
un beso
Hola Jesús,
ResponderEliminar¿A que es una chulada con ese patio inglés retranqueado? Dentro del modernismo en Madrid, yo al menos, no conocía ninguno parecido.
Respecto a la vidriera, menos mal que no se les ocurrió a los del Marca sustituirlo por una "M" o un balón,...porque somos así de cazurros.
Gracias por tus halagos a las fotos, pero un edificio así de bello es fotogénico por narices.
Un abrazo.
Hola don José Anónimo, jeje.
ResponderEliminarDaniel Zuloaga tiene mucha obra repartida por Madrid, pero también semioculta en interiores de portales, recibidores de entidades bancarias, edificios industriales y hasta en los oficiales.
Recuerdo haber visto trabajos suyos en este tipo de sitios, pero mi cabeza no quiere decirme dónde, lo siento.
Tiene que ser interesante ese post sobre el ceramista de Madriz. Lo espero.
Un abrazo.
Hola Mercedes,
ResponderEliminarMuchas gracias pero, como le digo a Jesús, un edificio así es fotogénico de cajón. Incluso el color de la fachada no sé si era el original pero, combinado con el blanco, han dado en el clavo.
Y lo de la vidriera del patio interior no tiene perdón en persona tan "observativa" como vos. ¡Que sea la última vez!
Un besazo.
Hola Manuel
ResponderEliminar¿Ha sido rehabilitado recientemente? Es que creo recordar haber ido hace unos años a ver una exposicion y estar cerrado y lleno de andamios. Supongo que ahora que vuelve a abrir el Museo de Madrid ire con mas frecuencia por alli (en horario normal :) ).
Gracias por acercarnos estas cosas.
Un saludo
Hola Paco,
ResponderEliminarAhora está todo limpito, despejado y ha quedado muy bonito.
Lo que no me fijé es en la programación de expos, pero habrá que estar atentos pues la fotografía de prensa me encanta.
Gracias a ti por la visita.
¡Salud!