C/ Alcalá, 62
Se trata de una institución docente fundada por D. Lucas Aguirre y Juárez. La primera piedra se coloca en 1881, si bien el proyecto definitivo es de 1884. Esta obra realizada en la época más fecunda de la corta trayectoria profesional del arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso, (1845-1891), constituye una de las construcciones más representativas del neomudéjar madrileño, junto con otras de sus obras, como la desaparecida Plaza de Toros de Goya y el Instituto Homeopático y Hospital de San José.
Edificio de planta baja rectangular, que albergaba las aulas, y que disminuye su superficie en el piso principal para formar una U dejando un patio abierto a la fachada posterior. En esta planta principal se situaban la biblioteca, la sala de juntas y las viviendas para el profesorado. Esta edificación presenta fachadas de ladrillo como material principal, y una exquisita decoración a base de lazos, rombos y dientes de sierra.
Tras la fachada principal, en 2ª crujía y centrado sobre el eje, se coloca el núcleo de escaleras. Sobre este cuerpo central se alza una torre cuadrada del mismo estilo neomudéjar, de 37 metros de altura, compuesta por tres cuerpos también de ladrillo y coronada por un ático de estructura metálica y acristalado. A lo largo de su historia se somete a diversas reformas, como la ampliación del sótano para cocinas y comedores en 1931, obras dirigidas por Flórez y Giner de los Ríos.
Entre 1998 y 1999 una nueva reforma, para Escuela Municipal de Formación, altera la concepción del edificio. Se construyen dos entreplantas para aulas en el interior de cada patio cubierto, se reordenan accesos, se eliminan barreras arquitectónicas y se construyen dos nuevas escaleras. En 1929 funciona como Escuela Graduada, con un total de 16 grados para niñas, niños y párvulos. Hacia 1971 cierra como centro escolar para acoger dependencias municipales del Ayuntamiento de Madrid. En 2009 el Ayuntamiento cede el edificio para albergar la Casa Árabe de Madrid.
M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo
Imagino que es normal, pues nos gustan muchas cosas parecidas, pero más de una vez escribes sobre edificios en los que yo he pensado a veces...
ResponderEliminarBonito post, Manuel, y bonitas comparativas, con tu "sello".
Después de esta última reforma el interior es absolutamente frío, y me da pena que las fuentes en el jardín han perdido su función, pero el edificio sigue siendo precioso. ¡gracias! y
un beso
Nunca pasé por ahi... creo!!
ResponderEliminarSALUD
Hola Mercedes,
ResponderEliminarEs normal que a veces coincidamos en preferencias, nos gusta lo bonito y bien hecho. ¿Habremos nacido en el siglo equivocado?
¡Ah!, y siento lo de las fuentes, conociendo tu debilidad por ellas y por el agua en general. Increible en un centro árabe, ellos que tanto culto dieron al líquido elemento.
Besos.
Natalia, has tenido que verlo, está junto a la puerta de Alcalá y el Retiro.
Me encanta la historia de instituciones cómo estos, Romo. Recuerdo la polémica generada por la decisión del Ayto. respecto a su uso actual.
ResponderEliminarBuen finde!
Hola Manuel:
ResponderEliminarHasta hace muy poquito repudiaba todos los estilos "neo..." (menos el neoclásico), pero, gracias a este tipo de edificios del neomudéjar madrileño, me he convertido en un entusiasta de todos ellos, incluyendo el neogótico, que es el que más me ha costado asimilar.
Gracias por mostrarnos este edificio imprescindible. Un abrazo, Jesús
Mcarmen, flaco favor hicieron y hacen los integristas a la cultura árabe. Cualquier concesión a esa cultura traerá polémica.
ResponderEliminarFeliz semana!
Querido Jesús,
¿por qué esa fobia a lo "neo"?. Todo es susceptible de cambio y mejora. Salvo algunos "neo..." mal entendidos, Madrid está repleta de ellos y, no nos ha quedado nada mal. Eso sí, siendo un purista del medievo, entiendo que te costase tragar el neogótico.
Un abrazo.
Hola Manuel. Perdona el retraso, no habia leido tu post. Siempre ha sido un edificio que me ha llamado la atención, esas construcciones en ladrillo..... como el Seminario de detras de San Francisco el Grande.
ResponderEliminarEnhorabuena y gracias por el post.
Un abrazo.
Supongo que serás José...
ResponderEliminarNo hay nada que perdonar.
Aparte de la maravillosa construcción, fue el primer cole de mi padre, allá por la década de los 20 y, le tocaba figurar en este blog.
Gracias a ti.
Un abrazo.