C/. San Bernardo, 82
La mayoría de los libros utilizados en España desde la invención de la imprenta, (Lauren Janszoom Coster 1440, Pamfilo Castaldi 1444, Gutenberg 1450 ), hasta el siglo XVI, fueron libros importados preferentemente de Italia, Francia y Alemania. Las imprentas españolas eran pequeñas, modestas oficinas con un pequeño número de prensas y de obreros que no podían competir con las grandes imprentas del exterior.
Desde tiempos de Felipe II venían imprimiéndose en Amberes, hasta que en 1717 Felipe V mandó “que se estableciera en España una imprenta de libros sagrados que aventajasen a la de Amberes para que los beneficios de la impresión quedaran en España y no salieran al extranjero tantos caudales”. Ante el mandato real, los jerónimos de El Escorial, que no se resignaban a perder los beneficios económicos que les reportaba el privilegio concedido por Felipe II de imprimir estos libros, se comprometían a adquirir los libros de la Compañía, a condición de que ésta se obligara a pasar los pliegos, antes de su impresión, al Comisario General de la Cruzada para su aprobación.
“Luego que se juntaron los impresores, y mercaderes de libros de Madrid, tomaron la laudable determinación de formar una compañía, por la cual se facilitase el caudal necesario para hacer impresiones en el Reyno y privar a los extranjeros en parte de las muchas ganancias que sacaban con las que nos introducían para nuestros uso”.
Así nace en 1758 la Compañía de Mercaderes de Libros de la Corte, que con el objetivo principal de hacerse cargo de la impresión de los libros de rezo en España, absorbe a las comunidades religiosas, llamadas “manos muertas”, como la Hermandad de Mercaderes de San Jerónimo, que agrupaba a encuadernadores y libreros, y la de San Juan Evangelista, que agrupaba a los impresores. Ya en 1763, bajo el patrocinio de Carlos III, cede su lugar a la Real Compañía de Impresores y Libreros del Reino. "En esta compañía se admitirán á todos los impresores y mercaderes de libros de estos Reynos, que tengan imprenta propia, y tienda pública de libros...".
La Compañía se organizó como una sociedad por acciones, cuya unidad costaba 1.500 reales. Estaba gobernada por cinco directores: Antonio Sanz, Francisco Manuel de Mena, Alfonso Martín de la Higuera, Manuel López de Bustamante y Francisco Fernández, y constaba de ochenta miembros entre mercaderes, libreros, impresores y encuadernadores. Su finalidad era fomentar el comercio nacional de libros, emplear papel, tinta y letras fabricados en el reino, encargar la apertura de láminas a abridores españoles, y evitar el fraude de libreros desaprensivos. En 1787 obtuvieron la autorización real para montar un taller propio en el que podían imprimir. El país se había librado de la servidumbre de la importación, única forma de suministro hasta la segunda mitad del siglo XVIII.
Fuentes: "Madrid Villa y Corte" de Pedro Montoliú Camps, "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "La Ilustración Española y Americana", "Ayuntamiento de Madrid", "Archivo Histórico Regional", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería", "Museo Municipal de Madrid".
Qué interesante, Manuel,
ResponderEliminarsiempre que paso por delante de ese edificio le hago una foto, supongo que me llama la atención por mi afición a los libros, pero no sabía nada sobre todo esto que cuentas.
Muy bonito el post.
un beso
Gracias Mercedes,
ResponderEliminarA mí me pasaba lo mismo, pasaba "cienes" de veces por su puerta y me llamaba la atención. Había que indagar un poquito sobre él y realmente me sorprendió el orígen de la Compañía, como casi todo lo que desconocemos y acabamos descubriendo.
Besos.
Hola Manuel:
ResponderEliminarTodo un descubrimiento. No sabía nada, ni de la historia, ni del edificio, que me parece precioso. Por cierto, me parece ver colgado en su fachada un cartel de "Se alquila". ¿Es así?
Estupendo post!! Un abrazo, Jesús
Hola Manuel,
ResponderEliminarA mí me sucede como a Jesús, nunca he reparado en el edificio, y no será porque no he pasado delante de él miles de veces. Lo que me ha "golpeado" la vista es el cartel de se alquila.
Y éso era lo que iba a comentar, pero acabo de repasar mi archivo, y sí que tengo fotos, aunque sólo de la puerta :) Tendré que "mirar hacia arriba" la próxima vez.
Un saludo
Unas fotos preciosas de unos edificios historicos de Madrid, sigo tu blog me encanta. Un saludo Espero verte en: http://baldashopsthetrend.blogspot.com/
ResponderEliminarQué interesante, muchas gracias!!
ResponderEliminarLaura
http://losdescubrimientosdelaura.blogspot.com/
Muchas gracias Jesús,
ResponderEliminarYo tampoco conocía la historia, curiosa ¿verdad?
Y en efecto, se alquila, tampoco esta preciosidad, sencilla pero preciosidad, se ha librado de la crisis. ¿Aprovechamos antes de que el edificio amenace ruina?. ¿Lo alquilamos para la "Compañía General de Blogueros del Reino"?
Se admiten donaciones.
Un abrazo
Hola Paco,
ResponderEliminarA la mayoría nos ha pasado lo mismo, es una fachada tan sencilla que pasa desapercibida. Pero la inscripción del frontispicio incitó a mi curiosidad...y me alegro.
Toma nota Paco, está en alquiler, ¡ánimo!
¡Salud!
Muchas gracias La Balda, por tus elogios y tu visita, y no dudes que visitaré tu espacio detenidamente.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias a tí, Laura.
ResponderEliminarMe pasaré sin falta a visitar tus "descubrimientos".
Un beso.
Como filóloga debo decir que me encanta la entrada!! Hay que leer más y ver menos la caja tonta!!
ResponderEliminarSalud!!
Que bonita hisotira la de este edificio. Yo me apunto a que sea la Sede de los bloggeros de Madrid.
ResponderEliminarGracias Natalia,
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, pero la batalla es dura, es más cómodo ver "Salsa Rosa", que entender a Goethe.
Besos.
Hola Bélok,
ResponderEliminar¿Es curiosa la historia de esta gente, verdad?.
Lo de la Sede sería un puntazo, pero lo de la pasta que haría falta, sería otro.
Felices vacaciones de Semana Santa.
¡Salud!