Enclavado en la confluencia de las calles de Fernando VI y Pelayo, en el barrio de Justicia, se encuentra el Palacio de Longoria, popularmente conocido como Casa de los Autores, un referente de la actividad cultural en Madrid.
Francisco Javier González Longoria, político y financiero de principios del siglo XX, encargó en 1902 al arquitecto José Grases Riera (1850-1919) el proyecto de un palacete residencial con oficinas de trabajo.
El condiscípulo de Gaudí, Grases Riera, autor de obras como el edificio de La Equitativa en la calle de Alcalá, el conjunto monumental dedicado al rey Alfonso XII junto al estanque del Retiro, el dedicado a Cánovas en la plaza de la Marina Española y diversas casas y hoteles que no siempre han resistido el paso del tiempo, ideó para el conocido banquero un edificio de un modernismo expresionista.
Sobre un solar de planta cuadrada levantó dos torreones de base cuadrada unidos a otro torreón circular por dos cuerpos rectangulares. Diseñó las fachadas con abundantes motivos vegetales y nervios a la catalana y el cerramiento exterior con rejerías de modernismo parisino.
El año en que se dio por concluido, 1905, el cronista Domingo Gascón dijo: “Da verdadera lástima ver un derroche tan grande de ingenio, de arte y de dinero, tan mal empleado”.
El palacio perteneció al financiero hasta 1912, fecha en la que por 500.000 pesetas fue vendido a Florestán Aguilar, odontólogo de la Casa Real. En 1946, tras su muerte, sus herederos lo vendieron a Construcciones Civiles, S.A. y ya en 1950 el palacete y el edificio adjunto fueron adquiridos por la Sociedad General de Autores en 4.975.000 pesetas. A lo largo del tiempo, el edificio experimentó transformaciones que fueron modificando y degradando su fisonomía original tanto externa como interiormente.
Destacan las realizadas por los arquitectos Francisco García Navas en 1912, Carlos Arniches Moltó en 1950 y Santiago Fajardo Cabeza en 1992. En esta última restauración y de momento definitiva, se derribó prácticamente todo el edificio excepto la estructura y la fachada para poder frenar el declive de esta construcción centenaria debilitada por las anteriores intervenciones, no siempre benevolentes. El Palacio requirió un completo saneado de estructura, fachadas, jardín, espacio interior, etc., para potenciar los valores de los casi 5.000 metros cuadrados del Palacio de Longoria.
Entre otros, merece destacar la espectacular escalera principal de mármol con barandilla de bronce y decoración artística y cubierta por un lucernario central de vidrio emplomado de la Casa Maumejean, las galerías acristaladas, el jardín interior y el salón de actos Manuel de Falla. Hoy en día, el edificio sede de la SGAE constituye arquitectónicamente, una de las construcciones más emblemáticas de los madrileños.
Hola Manuel. Gracias por el artículo y por las fotos, que son fantásticas, con todo lujo de detalles, tanto por dentro como por fuera. No entiendo muy bien el comentario que citas de Domingo Gascón, aunque, realmente, este edificio es un poco "rara avis" en el contexto arquitectónico del Madrid de principios del siglo XX. Pero de ahí a decir "derroche de ingenio.. tan mal empleado"...
ResponderEliminarGracias y un abrazo, Jesús
Hola Manuel, precioso post, hoy soy yo la que te envidia, llevo siglos deseando conocer ese palacio por dentro, y de momento nada de nada. Me conformaré con tus fotos, que son muy bonitas :-)
ResponderEliminarHola Jesús, gracias a tí por los elogios y tuss comentarios siempre benévolos.
ResponderEliminarNo sé a ciencia cierta qué tenía en la cabeza este buen hombre, pero supongo que Gascón tenía cierto contencioso contra Grases Riera o que, como tu dices, le pareció una arquitectura demasiado agresiva para Madrid, o quizá le pareciera un "pegote" en ese entorno, o era antimodernista, o... Lo cierto es que la transcripción es literal.
Un abrazo.
Muchas gracias Mercedes,
Veo que la envidia sana es contagiosa, afortunadamente. Tuve la oportunidad de visitarlo en la Semana de la Arquitectura y por las fotos puedes apreciar que mereció la pena. A la menor ocasión, no te lo pierdas.
Un beso.
Es precioso y tampoco lo conocía.... jolín me estás mostrando tantas tantas cosas que ver cuando vuelva a Madrid. Espero que pronto.
ResponderEliminarBesitos
Parece ser, que a la gente del Madrid de esa época, el edificio no les gustó nada y le criticaron duramente, por lo que el buen hombre, quedó bastante decepcionado, y no hizo ninguno mas.
ResponderEliminarA mi personalmente, me encanta. Parece una tarta de nata.
Cuando paso por allí, se me queda la nariz pegada a la verja.
Un abrazo.
Siento contradecir, pero Grases Riera no fue discípulo de Gaudí. El Palacio Longoria fue un encargo "raro" dentro de la trayectoria de Grases y venía muy influenciado por el propietario, el banquero Javier González Longoria que conocería seguramente algún ejemplo belga o francés.
ResponderEliminarDel proyecto original falta una escalera que descendía de la planta principal al jardín trasero, así como las dobles alturas de los salones extremos.
El principal motivo de la rehabilitación fue la escasa adaptación del edificio a los requerimientos de la SGAE (sobre todo en lo referido al aire acondicionado) y al estado de los prefabricados de fachada, muy deteriorados por la contaminación y el despropósito de la ocupación del jardín interior. La estructura estaba en general en buen estado. La famosa escalera interior, y probablemente único elemento a destacar de todo el edificio, se desmontó pieza a pieza y se volvió a colocar una vez recuperó su color original.
Saludos y gracias.
Natalia...que no todo va a ser juerga y jarana, también hay que hacer algo de turismo urbanita.
ResponderEliminarNo te arrepentirás.
Un beso
Doña Umé. Coincido contigo en que es una de las típicas fachada-tarta con esa decoración que parece que chorrea crema.
ResponderEliminar¡Cuidadín! El día menos pensado sales en prensa dando un lametón al edificio.
Besos.
Miguel, te pido mil perdones por el lapsus, quise decir "condiscípulo". El entuerto está enmendado.
No sé a ciencia cierta si el banquero influyó en el arquitecto o viceversa, lo cierto es que la influencia del modernismo de Horta y Guimard es indudable. Por cierto, de que la escalera interior sea el único elemento a destacar...discrepo muchísimo.
Te reitero las gracias por el descubrimiento de la imperdonable errata y se bienvenido por estos lares.
Un cordial saludo.
Romo, esto no te lo voy a perdonar. El que hayas publicado fotos tuyas del interior antes que yo... es para matarte a zapatazos. jajajaja.
ResponderEliminarMaravilloso el artículo. Soy el segundo que te envidia junto a Mercedes. Cuanto tiempo queriendo entrar a fotografiar lo que esta panda tiene tan bien guardado.
Matizo sobre el interés del edificio:
ResponderEliminarLa escalera y su disposición en el edificio es quizá lo más "modernista" del edificio, permite una conexión tridimensional entre calle, cielo (cúpula) y jardín. El resto son adornos o decoración mejor o peor traídos.
Por ejemplo, en cuanto estructura, es absolutamente tradicional. Muros de carga con viguetas metálicas. La movilidad espacial típica de la arquitectura modernista está limitada al ámbito de la escalera.
La fachada es una seriación, más bien repetición. Influye el hecho que sea paneles prefabricados, que para la época es un gran avance. En los planos originales, la decoración de fachada no esta definida al completo, tan solo consta con detalle una franja vertical, que como he dicho se repite.
Intesante el uso del trencadis, del color tierra y de elementos vegetales como estructura (sobre todo en el patio)
Cómo anécdota, en una esquina del patio trasero, tuvo su estudio el pintor Romero de Torres.
Gracias por la bienvenida :)
Bélok, ¿otra vez telepatía cibernética?¡Mecachis!
ResponderEliminarSoy capaz de retirar el post hasta nueva orden para que no mueras de la envidia. Lo siento de veras.
Milagroso que no me cobraran por hacer fotos. Todo sea que al tener noticias del post me quieran cobrar los derechos.
La próxima vez de puertas abiertas...¡hay que estar más al loro Bélok!
Salud.
Es una maravilla.
ResponderEliminarPreciosa y maravillosa colección de fotos. Nunca había visto el edificio por dentro. Gracias!
ResponderEliminarGracias a tí, Bea.
ResponderEliminarEl interior es precioso, tiene tantos detalles decorativos que me faltaría espacio en un post.
Lástima que se pueda visitar en tan pocas ocasiones.
Un abrazo.
Hola Carmen, realmente es un edificio precioso y quizá más aún su interior. Lástima que la SGAE sea tan reservada a la hora de mostrarlo al vil mortal.
ResponderEliminarUn abrazo.
con motivo de la Semana de la Arquitectura de este año, se visitó este edificio. La SGAE colgó en su página web información sobre el edificio:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=JuOEUwsOhso&feature=player_embedded
http://www.sgae.es/recursos/doc_interactivos/dia_arquitectura/index.html
sobre Arquitectura Modernista en Madrid, altamente recomendable el libro de Oscar da Rocha Aranda "Madrid modernista: guía de arquitectura" Tébar, 2006
Es una pena que la SGAE no lo abra más veces al público.
Saludos!
Cierto Miguel, la SGAE debería ser menos recelosa a la hora de mostrar al gran público esta muestra del modernismo en Madrid. También es cierto que sería un trastorno para ellos, pero con unas cuatro veces al año nos daríamos por satisfechos los amantes de la historia y arquitectura de esta ciudad.
ResponderEliminarSalud!
En ese palacio, el de Longoria vivieron mis abuelos, mis tías y mi padre hasta poco después de la muerte de D. Florestan Aguilar (Vizconde de la Casa Aguilar) ya que mis abuelos eran muy amigos de los Vizcondes de la Casa Aguilar, de hecho yo me llamo Florestan en recuerdo al padrino de mi padre, el propio Florestan Aguilar. Efectivamente tras la muerte de Aguilar el palacio se vendió y la viuda de Florestan Aguilar se fué a vivir a la calle Serrano, al número 63, mis abuelos también compraron un piso en la misma casa de Serrano 63, que estaba recién construída, allí fueron vecinos hasta que pocos años después la viuda de Florestan Aguilar murió atropellada por un taxi en la calle misma calle Serrano. Como dato curioso en nuestra casa nunca nos hemos referido al palacio como "De Longoria" , hablábamos de "La casa de Fernando VI". En mi vivienda actual tengo la suerte de contar con diverso mobiliario original de esae palacio, que heredé tras la muerte de mi padre, entre otras cosas dispongo de el despacho con sus anaqueles, sillas y butacas y un tresillo además de una buena cantidad de libros que pertenecieron al Vizconde de Casa Aguilar.
ResponderEliminarAyer, 20 de Septiembre de 2013, he estado visitando y haciendo fotosa a este Palacio de Longoria , por supuesto sólo el exterior. la visita al interior parece ser que sólo se puede hacer en la semana de la Arquitectura, que si tengo suerte aprovecharé. Soy una madrileña aficionada ver , disfrutar de los tesoros arquitectónicos de Madrid y por supuesto su historia y andaba por aqui para recoger información del edificio, curiosidades ....algo más de lo que se publica habitualmente sobre él. Leer este post, y algunos de los comentarios que aqui se han vertido me ha ofrecido alguna de esas informaciones que a mi me gustan y que voy a aprovechar pero especialmente me gustaria dirigirme a Anónimo del 4 de Junio de 2013 para si fuera posible ponerme en contacto con él via Email, y si tuviera a bien facilitarme fotografías de esos muebles originales que posee. Mi email de contacto es damablanca0@hotmail.com, reitero que soy una simple aficionada, simplemente me gusta compartir con mis amigos de Facebook aquello que voy descubriendo por mis correrias de las calles madrileñas. Agradecida de antemano. El post maravilloso , los comentarios tambien y dando gracias a internet que a pesar de los tres años que han pasado de la inclusión del mismo se pueda disfrutar de lo que generosamente las personas comparten, ;DDDDDD
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