El
rey Felipe V (1683-1746), primer Borbón de España, encarga a
finales de 1717 al arquitecto madrileño Pedro de Ribera (1681-1742),
las trazas de un edificio para albergar a los Reales Guardias de
Corps. Con más de 25.000 m2 de superficie y 228 metros de línea de
fachada, alberga una gran plaza central, dos patios laterales más
las caballerizas y una gran portada labrada en piedra,
convirtiéndose así en 1730, año de su conclusión, en la
construcción más grande de Madrid.
1920
Se
considera el último ejemplo de arquitectura madrileña pues a partir
de ahí empezó a introducirse el estilo italiano con las obras del
nuevo Palacio Real. Hasta
el siglo XIX la creencia era que el cuartel del Conde Duque se
llamaba así por el valido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares,
pero parece documentado que se debe al III Duque de Berwick y Liria,
Conde de Lemos (1718-1785), casado con una hija del Duque de Alba,
cuya familia ostentó la propiedad hasta 1943.
2016
2016
Durante
el siglo XIX albergó una academia militar y un observatorio
astronómico.
Un
pavoroso incendio en 1869 destruyó las plantas superiores provocando
el abandono para usos militares y llegando a su desafección total
para estos fines en 1969. El Ayuntamiento de Madrid se hace cargo del
edificio y encarga su rehabilitación, ahora
para fines culturales al arquitecto madrileño Julio Cano Lasso
(1920-1996).
En
una rehabilitación posterior formalizada en 2005 se restauraron las
fachadas exteriores e interiores, recuperando la fábrica de ladrillo
visto, el rasgado original de los vanos y recuperando las alturas
originales desaparecidas en el incendio del XIX.