Desde finales del siglo XIX y a través de cinco generaciones de fundidores, la Fundición Codina, decana de las fundiciones y una de las más veteranas del mundo, ha poblado con su legado las calles de gran parte de Europa y América. Por ella han pasado unas 12.000 toneladas de bronce, material casi eterno, que una vez fundido han dado forma a miles de obras de más de 750 artistas.
Fundición que desde sus comienzos hasta mediados del siglo XX, se efectuaba con hornos de leña, labor ardua con este tipo de hornos para alcanzar los 1.200 grados de temperatura que se necesitan para fundirlo. Allá por 1887, Benito Codina se asocia en Barcelona con su cuñado Campins hasta que en 1906 deciden trasladar el negocio a Madrid, instalando la fundición en diferentes ubicaciones de la capital. Pero sería en la calle Albarracín, con tan solo 15 operarios, donde a mediados de los años 50 quedaría estable la sede.
Las inquietudes de D. Benito le llevaron a viajar por varios países para ampliar conocimientos y conocer nuevas técnicas del fundido, y fue en Italia donde conoció y de allí importó el procedimiento de la fundición “a la cera perdida”, sustituyendo así al laborioso y costoso método “a la tierra”. Muchos son los artistas que confiaron sus obras al buen hacer de los Codina, entre los que podemos citar a Mariano Benlliure, Querol, Aniceto Marinas, Victorio Macho, Pablo Serrano, Higinio Basterra, Oteiza, Coullaut-Valera, Antonio López y un largo etcétera.
De este oficio tan desconocido dentro de las artes al que se dedicaron los Codina y gracias a grandes impulsores de las artes como los reyes D. Alfonso XIII y Dª. María Cristina, sólo en Madrid, surgieron maravillas escultóricas como: el monumento a Alfonso XII y el conjunto de ocho leones en el Parque del Retiro, el monumento al general Martínez Campos también en el Retiro, a Eloy Gonzalo (Cascorro) en el Rastro, la estatua ecuestre de Carlos III en la Puerta del Sol, las efigies de Velázquez, Goya y Murillo en las inmediaciones del Museo del Prado, las cuadrigas que coronan una entidad bancaria en la calle de Alcalá (1923), el grupo escultórico dedicado a Cervantes en la Plaza de España (1930) o la victoria alada que se yergue sobre la cúpula del edificio Metrópolis.
Hoy en día, la generación de los bisnietos y tataranietos de D. Benito Codina continúa con esta larga tradición de fundidores, que desde 1999 se trasladaron a Paracuellos del Jarama, donde perpetúan esa complicidad, que siempre ha existido entre estos dos tipos de artistas, que son los escultores y los fundidores. 120 años de historia de la Fundición Codina que han merecido una excelente exposición en la Fundación Diario Madrid con una selección de obras para disfrutarlas de cerca y recrearse con los detalles.
Fundación Diario Madrid. c/. Larra, 14. Hasta el 31 de enero. Entrada gratuita.
Fundación Diario Madrid. c/. Larra, 14. Hasta el 31 de enero. Entrada gratuita.