Hasta ahora, todas las construcciones que había levantado la Compañía Inmobiliaria Metropolitana estaban enclavadas en la propia avenida de la Reina Victoria y calles adyacentes, como en la calle de Federico Rubio y Gali o en la calle del General Ibáñez de Ibero, pero continuando su labor de fomentar el desarrollo y engrandecimiento de la capital tras la devastación causada por la Guerra Civil, se proponen construir en el centro de Madrid un inmueble que esté en consonancia con la importancia que está adquiriendo la Compañía.
Compran en condiciones que "juzgan convenientes" un lote de terrenos que forman uno de los solares mas importantes del centro de la capital con fachadas a la Gran Vía de José Antonio, calle Ancha de San Bernardo y calle de Isabel la Católica. Consta dicho solar de una superficie total de 5.216 metros cuadrados y una línea de fachadas de 257 metros lineales, de los cuales 136 metros corresponden a la avenida de José Antonio.
En esta importante arteria madrileña no existe ningún edificio que cuente con esta longitud de fachada. Sobre este terreno la Compañía proyecta edificar un gran inmueble en donde se dispondrá de un considerable número de viviendas de diferentes tipos y rentas, oficinas y despachos, un hotel, un teatro, una sala de exposiciones, comercios, almacenes con acceso directo para camiones, aparcamientos en el segundo sótano y restaurantes en las sucesivas terrazas escalonadas del edificio.
El porvenir mercantil al que está llamada a adquirir esta zona de Madrid y la organización que ya posee la Compañía, invitan a ésta a convocar otra Junta general extraordinaria de accionistas el 29 de marzo de 1944 para proponer otra ampliación de capital social en otros veinticuatro millones de pesetas distribuidos en cuarenta y ocho mil acciones por un valor de quinientas pesetas nominales cada una que serán desembolsadas escalonadamente “a medida que la marcha de las obras lo exija”.
M@driz hacia arriba©2006-2014 | Manuel Romo
¡Qué documentación tan bonita! Como lo es ese proyecto y sus inolvidables sótanos, donde pasábamos tantas tardes de lluvia (y sin lluvia) mientras las madres y abuelas nos vigilaban tomando un café y sentadas en ese centro comercial tan pionero y glamuroso. Todo eso ha desaparecido pero aún queda lo esencial del magnífico edificio.
ResponderEliminarGracias por traer tantos y buenos recuerdos. Un abrazo
Es una joyita, ¿verdad?
EliminarRecuerdo que este edificio se hizo popular como "Los Sótanos" con unos recreativos de la época (sin restricción de edad) entre los que había un tiro al oso, mi preferido. Unas pocas perrilas me habré dejado. Y no olvidemos el glamuroso cine-teatro Lope de Vega, donde vi con mis padres el estreno de "El evangelio según San Mateo", del ateo Pasolini. ¡Que tiempos!
Un abrazo.
Hola Manuel:
ResponderEliminarResulta increíble que podamos compartir toda la documentación que nos proporcionas. ¡Y pensar que todo esto ha aparecido en una mudanza! Gracias por subirla a la red.
Un abrazo, Jesús
Hola Jesús,
EliminarNo ocurre todos los días, pero con más frecuencia de lo normal aparecen objetos y documentos de insospechada importancia. Yo tengo una pequeña escultura atribuida, por un reconocido galerista, a Tàpies, encontrada en un contenedor tras una mudanza. ¡Sorpresas te da la vida!
Un abrazo.
Hola Manuel. Tengo entendido que alguno de los fundadores de la compañía, fueron los hermanos Otamendi. Tanto si fueron ellos u otros, eran unos visionarios.
ResponderEliminarGran trabajo, con la muestra de esta documentación "perdida".
Un abrazo.
Hola José,
EliminarEfectivamente, casi podríamos decir que la compañía era de los Otamendi. Eran los ingenieros, los arquitectos e incluso administradores. Así cualquiera ¿no?
Gracias José.
Un abrazo.