Fue mandada construir por Felipe IV en 1629 para albergar las dependencias de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y de la Cárcel de Corte. El edificio se encuentra situado en la plaza de la Provincia número 1, presidido por la fuente de Orfeo, junto a la Plaza Mayor. Es una de las construcciones más significativas del Madrid de los Austrias. El proyecto fue realizado por el arquitecto madrileño Juan Gómez de Mora (1586-1684) y las obras de construcción fueron dirigidas por Cristóbal Aguilera entre los años de 1629 y 1636, junto con otros arquitectos madrileños de la talla de José de Villarreal, Bartolomé Hurtado García y José Olmo.
El palacio, inspirado en una mezcla de la arquitectura clásica italiana y española, es de planta rectangular y consta de dos patios cuadrados interiores simétricos que, además de organizar coherentemente el espacio, permiten una generosa ventilación y la entrada de luz natural. Ambos patios están divididos por un espacio central haciendo las veces de acceso al edificio y de distribuidor al resto de dependencias.
La composición de la fachada es simétrica lo que confiere al edificio una acusada proyección horizontal que sólo se ve alterada por los dos torreones de los cuerpos laterales acabados en chapitel y con la superposición de los dos niveles de triple vano que componen la portada principal. En cuanto a sus decoraciones, destaca el típico cromatismo de los materiales que imponía la época, ladrillo visto y granito, empleados en su construcción y las esculturas centrales que coronaban el escudo imperial y de las que hoy solamente queda una, el ángel. La estrechez de algunas de las dependencias y la falta de espacio obligaron a ampliar y reformar el inmueble, como se desprende de las obras que se realizaron entre 1648 y 1662 y entre 1662 y 1670.
En 1767 pasó a llamarse Palacio de Santa Cruz y se dispuso que sólo permanecieran en el palacio las dependencias de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, trasladándose la cárcel al Oratorio Salvador del Mundo, a espaldas del edificio, donde estuvo hasta 1846 en que fue trasladada a la Cárcel del Saladero. Un incendio ocurrido en 1791 destruyó casi por completo la cubierta del edificio y la torre con chapitel que daba a la calle del Salvador. Con la instauración del liberalismo durante el siglo XIX, el edificio pasó a albergar instituciones más acordes con el nuevo sistema constitucional. En la actualidad alberga las dependencias del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En 1996 fue declarado Bien de Interés Cultural.
En 1996 fue declarado Bien de Interés Cultural.
Fuentes: Madrid histórico, Juan Cato.
Hola Manuel. Bonito post, de un bonito edificio, que no siempre a sido "alegre" de ver. Me imagino que a los que les mandaban: "a dormir bajo el angel", no lo verian bonito, sino oscuro y lugubre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Soberbio palacio este, Don Manuel
ResponderEliminarpero en lo alto de sus dos torres
es preciso que algo le borres,
para que capitel, sea chapitel.
...Y sin haberlo pretendido
un verso raro me ha salido.
Un abrazo
Hola José,
ResponderEliminarTenía guasa el chascarrillo. Es que era el ángel de la "guarda y custodia"...que no todos los ángeles eran celestiales.
Un abrazo.
Hola Antonio,
Hay que ver cómo aguzan el ingenio los trovadores por una letra que a veces es hasta muda. Pero no me negarás que como idea arquitectónica era un tanto original, rara, pero original. En vez de soportar, que lo soporten.
Gracias mil, queda desfecho el entuerto.
Un abrazo.
Precioso edificio y sí, desde luego menos lo sería para los que pasaran por debajo del Ángel, está claro. Un típico edificio con su pizarra, sus cHapiteles, su portada y ... su historia.
ResponderEliminarHola Bélok,
ResponderEliminarVeo que esa "h" se me va a quedar marcada como un "hierro" a modo de branding ganadero.
Prometo que "nunca mais" ocurrirá...creo.
Un abrazo.
Hola Manuel:
ResponderEliminarSin duda, uno de los monumentos que mejor definen al Madrid de los Austrias. No sabía lo del incendio de finales del siglo XVIII. Imagino que ese dibujo del XIX, donde se ve el palacio sin uno de sus chapiteles (y no sigo con la guasa, jeje), corresponde a esos momentos.
Felicidades por el post!!!
Pero no creas que dije lo de la "H" por tu lapsus, que va... era por hacer un chascarrillo del comentario de Don Antonio, al que respeto profundamente también.
ResponderEliminarHola D. Jesús, se vende usted muy caro últimamente.
ResponderEliminarEn efecto, parece ser que a principios del XIX aún seguía con la chapucilla que le hicieron tras el incendio y al desaparecer la cárcel y destinarlo a "trabajos nobles"decidieron que no era menester que continuara cojo.
Gracias y un abrazo.
Bélok, no le doy importancia, un lapsus es un lapsus...pero la próxima coña espero que dispongáis de armas y padrinos.
Mis disculpas. He estado muy liado y he desatendido mis obligaciones "blogueras". Pero la vuelta ha merecido la pena.
ResponderEliminarNada que disculpar. Si la vuelta ha merecido la pena ha sido por su presencia, D. Jesús.
ResponderEliminarA este ya le echaba yo de menos. Pensaba... Será que Don Jesús escribirá el siguiente post de Siberia??? jajajaja
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