23 de enero de 2012

Círculo de la Unión Mercantil e Industrial


El edificio se encuentra ubicado en el número veinticuatro de la Gran Vía. En 1918 los arquitectos, y hermanos, Joaquín y Luis Sainz de los Terreros ganaron el concurso público que había convocado el Círculo de la Unión Mercantil e Industrial para la construcción de su nueva sede social en la reciente Gran Vía madrileña.
Su proyecto consistía en un edificio multifuncional, en línea con el tipo de composiciones arquitectónicas de la época y de la zona, donde pudieran desarrollarse espaciosamente y con total comodidad las variadas actividades de dicho Círculo, al mismo tiempo que se disponían algunas áreas del inmueble para lujosas viviendas de alquiler y para locales comerciales. 

Este edificio consta de ocho plantas, incluyendo los sótanos y fue construido entre los años de 1919 y 1924. Está organizado en torno a un patio central cuadrangular de grandes dimensiones y los elementos decorativos tanto del patio como de la fachada se inspiran en elementos artísticos del renacimiento y del plateresco español. De hecho, la crestería del piso superior, compuesta por una sucesión de arcos de medio punto, recuerdan el Palacio de Monterrey de Salamanca.
Las dependencias del Círculo se distribuyeron entre el sótano donde se encontraban la sala de esgrima y el gimnasio; la planta de entresuelo que alojaban las salas de tertulia, de lectura y el comedor; la planta principal con un gran salón, despachos y oficinas; y la terraza con varios comedores y merenderos estivales.

Los locales comerciales y las tiendas se dispusieron en la parte exterior del entresuelo y la planta baja, mientras que las viviendas de alquiler se situaron a partir de la segunda planta. Los inquilinos de estas viviendas contaban con una entrada exclusiva que se efectuaba por el número dos de la calle de Hortaleza, entrada muy diferente a la entrada monumental que se había proyectado para el acceso al Círculo por la Gran Vía.
Esta última está compuesta por un arco de medio punto de notables dimensiones que da paso a un gran hall encolumnado, de forma similar a las entradas que solían tener algunos palacios del siglo XVIII. Cabe destacar la rotonda del edificio rematada por una cúpula muy apuntada y cubierta de pizarra que prolonga visualmente la esquina de ambas calles. 

Fuentes: "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, ", "Ayuntamiento de Madrid", "Sociedad Española de Librería".
M@driz hacia arriba©2012 | Manuel Romo

6 comentarios:

  1. Hola Manuel. Estos edificios de la Gran Via, son bonitos por fuera, pero por dentro son dignos de admirar. Lo que mas me gustan de ellos, son las escaleras y las cristaleras que cierran los patios interiores.
    Bonito post. Un abrzo.

    ResponderEliminar
  2. Qué maravilla, Manuel.
    Muchas gracias por mostrarnos el interior de este edificio, tan bonito, realmente parece espectacular.
    un beso

    ResponderEliminar
  3. Hola José,
    Eran las construcciones típicas de la época y de la zona, pues básicamente los arquitectos se guiaban por los mismos canones o modas. Ojalá se pudiera seguir construyendo así, pero sería carísimo.
    Gracias José, un abrazo.

    Hola Mercedes,
    No me digas que no lo habías visitado, si es así, merece la pena entrar aunque sólo sea para efectuar trámites en el registro o en la OMIC.
    Gracias a ti, un beso.

    ResponderEliminar
  4. Magnífico edificio Manuel. Es increible la influencia que ha tenido el palacio de Monterrey en la arquitectura. Cuatro siglos después es reproducido hasta la saciedad en muchos de sus detalles en varios edificios de la Gran Via llegando hasta las mansiones de Hollywood.

    ResponderEliminar
  5. Impresionante!! y yo sin conocerlo. El interior me parece magnífico... y lo mejor ¡es que se puede fotografiar por dentro!

    Enhorabuena por el artículo. Muy bueno. Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  6. Tu lo has dicho Antonio, llegó a tener tanta influencia el llamado "estilo Monterrey" que se reprodujo, como bien dices, hasta la saciedad sobre todo en el XIX y como el caso de la Unión Mercantil y otros muchos en el XX. No hay mas que ir fijándose en las cresterías de edificios de esas épocas. Marcó tendencia.
    Un abrazo.

    Hola Jesús,
    ¿A que es precioso? Imagínate a los inquilinos pululando por esa corrala de mármol. Eran tiempos de hacer las cosas con clase.
    Las fotos las hice en la Semana de la Arquitectura, el resto del año ni por asomo, menudos son los guardias que lo custodian.
    Gracias y un abrazo.

    ResponderEliminar