20 de julio de 2011

Cornelis Zitman en Madrid


Aunque en un principio este artículo parezca no encajar con la temática pretendida de este blog, nada más lejos de la realidad, pues, a mi entender, es una forma de Art-quitectura, al fin y al cabo.
Hace unos días, con motivo de la reapertura, no exenta de polémica, del C. C. Conde Duque, visité por casualidad una exposición de escultura de un artista holandés, para mí totalmente desconocido y que por la originalidad de su obra, que me sorprendió y entusiasmó, he creído conveniente incluir aquí mi particular homenaje.

 Cornelis Zitman nace en el año de 1926, en el seno de una familia de constructores de Leiden, Holanda. Con 15 años ingresa en la Academia de Bellas Artes de la Haya. En 1947, en plena Segunda Guerra Mundial, emigra en un petrolero sueco a América del Sur, a la ciudad de Coro, Venezuela. En 1949 se traslada a Caracas donde comienza a pintar y esculpir inspirándose en los cuerpos de la población nativa, recibiendo en 1951 el Premio Nacional de Escultura.
En 1961 expone en Boston, Estados Unidos, y en 1964 vuelve por espacio de tres años a Holanda para aprender técnicas de fundición con el también escultor Pieter Starreveld. Tras este aprendizaje, vuelve a Venezuela para establecerse definitivamente en un trapiche, viejo molino de caña de azúcar, situado en una de las colinas que rodean la ciudad de Caracas, donde consolida su carácter de escultor, convirtiendo sus obras en representaciones de una nueva raza, la que se ha dado en llamar, la raza zitmaniana.

En 1971 expone en la galería Dina Vierny de París y, a partir de entonces, se dedica exclusivamente a la escultura. Expone individualmente en Venezuela, Suiza, Estados Unidos, Francia, Holanda y Japón, obteniendo varios premios nacionales e internacionales.
Sus esculturas, la mayoría en bronce, representan lo visible y lo tangible, destacando y exagerando a modo de caricatura la morfología de los indígenas de aquellas tierras venezolanas. Caben destacar especialmente las figuras femeninas, por sus tremendos y rotundos volúmenes, sin desmerecer las esculturas tribales, las de niños y ciclistas.

La exposición “Cornelis Zitman en Madrid”, que se expone en el Centro Cultural Conde Duque desde el 10 de junio hasta el 16 de octubre, da acogida a 103 esculturas, 25 dibujos y un óleo fechado en 1946, su obra más antigua, y en la que los críticos han querido ver una premonición de lo que posteriormente sería su mundo creativo. La exposición se compone de obras procedentes del Museo Beelden Aan Zee de Scheveningen, Holanda, del Museo Maillon, de París, de diversas colecciones de particulares y de la colección del propio artista.

M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

6 comentarios:

  1. Pues me pasa como a ti. No conozco nada de este artista, pero su obra parece fascinante. Habrá que darse una vuelta.

    Un abrazo, Jesús

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  2. Hola Manuel, como ya te comenté tengo que volver al Conde Duque a ver esta expo, que me apetece mucho, y ahora que conozco la historia, con más razón. ¡Gracias! está bien de vez en cuando salirse del guión :-)
    un beso

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  3. Hola Jesús,
    A mí me gustó mucho y se la aconsejaré a todo amante del arte. Yo creo que no te arrepentirás.
    Un abrazo.


    Hola Mercedes,
    Estaba un poco cansado de tanta piedra y tanto ladrillo. ¡Me ha servido de refresco!
    No es que me pase todo el día visitando exposiciones de escultura, pero esta se sale de la adocenada escultura contemporanea.
    Un beso.

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  4. Hola Manuel. Yo tampoco conocia a este artista, pero gracias al los comentarios de Mercedes y ahora de los tuyos, pues habra que darse una vuelta. Lo apunto como pendiente, con la de Antonio Lopez y Elena Asins.
    Un abrazo.

    José Casado

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  5. Totalmente recomendable! Id en septiembre, que en agosto cierra el Conde Duque. Y de paso podéis ver parte de la reforma (aún no está todo abierto). No he oido nada de la polémica. ¿Puedes contar algo, Romo?

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  6. Hola montorelio,
    Perdona el retraso pero las vacaciones...
    La polémica básicamente viene por los cambios tan bárbaros que se han cometido en este edificio histórico como eliminación de revocos, ventanales de acero inoxidable, sustitución de tejas por planchas de zinc, etc.

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